miércoles

Gump

«Mi mami me decía que la vida es una caja de chocolates, nunca sabes qué sabor te va a tocar», dijo Gump a su amigo del labio anchísimo... que nunca me acuerdo de su nombre. Es una lástima, porque es tan importante. Incluso es el nombre que lleva la compañía de pesca que Gump abre cuando gana toda esa plata y se va solo, sin Jenny, porque su nombre siempre lo recuerdo, Jenny. Cómo me gusta ese nombre... Bueno, el caso es que él se hace millonario y se va solo a cumplir el sueño de su amigo de tener una compañía de pesca, pesca de camarones. Y yo me pongo a pensar: pescar es como abrir la caja de chocolates sin saber que te va a salir y entonces esperas que lo que venga sea bueno, pero es sólo la espera lo que cuenta, porque a veces puede ser una bota o un montón de chatarra que te rompe la red y ya no puedes seguir pescando hasta que te regresas a tu casa y construyes una nueva. Me entiendes, es como ser ciego, o ser idiota, o ser humano, como Gump. Nunca puedes ver lo que vendrá después, pero siempre esperas algo, y si no te sale... bueno, si no te sale te regresas a tu casa y haces una nueva red. Porque sigues pescando, sigues abriendo la caja de chocolates y vas a pensar que hay un relleno de fresas o duraznos que te va a invadir la boca y te va a dejar ese saborcito que tanto te gusta y, aunque ya no esté allí, lo probaste y se te ha quedado grabado en la lengua, en el paladar, en la mente y en el corazón. Dicen que los chocolates, en su medida, como todo, son buenos para el corazón. Bueno, no sé si lo dicen, pero lo quiero créer, porque me gustan mucho y me hace feliz probarlos todos. Y a ti, ¿te gusta la película? Bueno, ya sabes cómo va a terminar, o eso crees. Pero tienes que verla, porque es una película muy buena, y a mí me gusta mucho. Y lo que más me gusta es Jenny, y creo que me gusta porque nunca sabes qué va a hacer después. Ya te lo conté, se fue de su casa y Gump la encontró cantando desnuda en un burdel, pero para él era como uno de esos sabores que se quedan en tu boca por horas y horas, y nunca te olvidas de ellos, igual si es chocolate blanco o de leche o negro, pero es un sabor que reconoces porque cada vez que lo pruebas es como la primera vez. Nunca sabes dónde te lo vas a encontrar, pero cuando lo ves, sabes que es el mismo. Y él la vuelve a encontrar y los dos están juntos en la casa de su mami, porque así la llama, «mami», y Jenny después muere. Pero él la había probado, y estaba ahí, como el sabor del relleno de un chocolate, sólo que no sabes cuándo te va a tocar encontrarlo otra vez. ¡Cómo me gusta esta película!

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