– —Ayer hablé con mi padre por
teléfono—, dijo su mujer. Él la escuchó sin levantar la mirada del pedazo de
carne que iba cortando como mantequilla con un cuchillo caliente.
– —Me ha dicho que quizá pueda
ayudarte con tu trabajo—, continuó ella. Él asintió con la cabeza mientras
masticaba, dejando que un fino hilo de saliva enrojecida le escurriera por la
barbilla.
– —Tú sabes, él es un hombre muy
poderoso…
– —…
– —Además, de sus siete hijas,
pues, yo soy la única que… tú sabes….
– —…
– —Por otra parte están los chicos
que están creciendo, necesitan cosas y… tú sabes…
– —…
– —Dice que a lo mejor te puede
ayudar a conseguir un ascenso… tú sabes…
– —…
– —Sísifo, por favor…
– —….
– —Sísifo, lo siento, de verdad…
– —…
– —Sísifo, por favor… ¡Noooooo!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario