Camuflaje

Su cara se puso tan colorada como sus pantalones siempre demasiado cortos. Por un instante todos pensamos que se arrancaría los bigotes de un solo tirón o que sus orejas saldrían a volar como platillos a través de la ventana. Creo que no soy el único al que le hubiera gustado ver algo así pero no ocurrió. En su  diatriba hablaba de nuestra falta de unión, de sentido de comunidad, de dignidad. “¿Cómo es posible – aquí el volumen de su voz fue aumentando – que nos estemos canibalizando en las calles, peleando entre nosotros, haciendo el ridículo, poniéndonos en evidencia delante de todo el mundo?” Decía esto con el índice derecho apuntando al techo mientras ejecutaba un movimiento pendular de la pelvis que amenazaba con hacerle perder el equilibrio y dejarlo rodar sobre el ecuador de su cintura. “Lo de la semana pasada fue la tapa, ¡en verdad!”, dijo sacudiendo un grueso dedo enguantado a la cara de Bob Esponja. “¿Qué estabais pensando?”, señaló esta vez a Hello Kitty. “Dora, Minnie, ¿qué pasó con lo que habíamos acordado?” La mirada de todos apuntaba al suelo; quizá más para contener la risa que en un acto de contrición. “Compañeros, el día de la invasión se acerca y pronto tendremos un planeta propio. Mientras tanto debemos evitar a toda costa que se enteren de que estos no son nuestros verdaderos cuerpos.”

Escrito en el marco del taller virtual de microcuento de humor "Hazme reír, por favor"  en la Escuela de Fantasía (http://www.escueladefantasia.com)