jueves

La condena


Estuvo golpeando el portón de entrada toda la noche. Al principio los presos se reían y lo insultaban desde las ventanas enrejadas que daban a la calle. Con el paso de las horas empezaron a quejarse del ruido y a suplicar a los guardias que hicieran algo para que ese loco allá afuera los dejara dormir. La policía llegó en la madrugada pero no supieron a dónde más llevarlo. Temían que si lo encerraban en el cuartel no podrían después sacarlo de allí. Su condena había sido de 25 años, pero todo llega a su final.

No hay comentarios.: