lunes

Llorona


Alcanzó a verlo cuando el camión apenas estaba descargando. Hay que estar pendiente de esas cosas para ser la primera en cogerlas: radios, juguetes, termos, hasta joyas. Se acercó con disimulo, dando rodeos por entre las espaldas curvadas sobre el montículo de bolsas negras. Recogió una lata aquí, una botella por allá, se abrió paso entre los restos de lo que alguna vez fue un librero y un colchón destripado. Una vez lo tuvo enfrente lo recogió, con disimulo lo envolvió en los girones de su abrigo y se perdió por detrás de las máquinas que esperaban ansiosas la orden de engullir. Cuando llegó a su rancho confirmó que aún respiraba. Quiera Dios, pensó, que este sí dure.   

No hay comentarios.: